Uno puede imaginar su primera infancia de muchas manera y crear en su pensamiento la emoción de haber vivido un tiempo feliz.
Es una pena que nuestro cerebro pierda la capacidad para retener los sucesos que suceden en esta etapa inicial de la vida. Nos abandona ante la posibilidad de revivir nuestros primeros avances en la conquista del medio: reconocer, sonreír, reír, gatear y andar; aprender, tropezar, jugar, hablar y volver a jugar. Y, sobre todo, nos deja sin el recuerdo de la calidez del amor de nuestros padres, de su compañía, de sus arrullos, del intercambio infinito de besos y abrazos profusamente regalados.
Demasiados acontecimientos bonitos e interesantes orillados en el camino.
La memoria autobiográfica referida a la ausencia de recuerdos de los primeros años de la infancia, se conoce en psicología como “amnesia infantil o amnesia de la niñez”. Dicha amnesia no siempre es total porque en ocasiones podemos conservar algún recuerdo sobre determinados acontecimientos que hayan marcado nuestra vida. Aunque, bien es verdad, que nuestra memoria se adueña a veces de datos extrínsecos aportados por relatos e imágenes que los incorpora -durante el camino hacia la edad adulta- como si fueran propios. Y nos engaña.
Isabel F. B. de Quirós
!Qué bonito bucear hasta el posible primer recuerdo! Hermosa entrada, Isabel.
Un abrazo
Sí Ramón, pero uno siempre tiene la sensación de lo mucho que necesitaría saber de ese tiempo. Gracias por tus palabras.
¡Buen fin de semana!
Es una delicia el texto que has escrito sobre algo que en general todos lamentamos.
Buen fin de semana Isabel.
Y el cuadro de Mary una preciosidad. Me informaré sobre esta pintora. Gracias.
Muchísimas gracias, Mª José. Me alegro que te haya gustado el conjunto de esta entrada.
Un abrazo.
Si, que ironica es la vida Isabel, lo mas que espero (sin embargo no lo puedo controlar ni predecir) es envejecer en harmonia y aceptación con el mundo que me rodea.
Tienes razón. Todos esperamos ese avanzar hacia la ancianidad como tu esperas y que la «amnesia» no nos visite de nuevo.
Feliz domingo y un abrazo, María.
Cierto lo que cuentas, Isabel, esos recuerdos de pequeño apenas son esbozos en blanco y negro, garabatos en lápiz dibujados. Pero lo que más me preocupa es lo que pasará mañana, lo que ligeramente podrá recordar mi memoria, que tal vez, a lo peor, sea nada… El hacerse mayor y no ser capaz de recordar, me aterra.
Un abrazo.
Dos amnesias muy diferentes pero muy importantes… la del fututo, mejor no pensar en su posibilidad ¿no crees?
Muchas gracias por tu comentario.
Que tengas un buen día.
Lo desconocido hacia atrás y hacia adelante, la vida es esa gran extrañeza.
Otra gran pintora que descubro a través de este blog, qué bien.
En el regazo de mamá de la la abuela la vida es eterna.
Interesante lo que nos cuentas, Isabel.
Gracias Popota porque hoy, además, nos has regalado una bella frase: En el regazo de mamá… ¡Me gusta!
Un fuerte abrazo.
Creo que los recuerdos que nos quedan van ligados a los sentimientos de esos instantes.
Muy buena tu entrada, hacia tiempo que no entraba y he oprovechado para leer tus últimas entradas
Cristina
Te agradezco muchísimo tus visitas Cristina, siempre es un placer encontrarme contigo , leer tus textos.
Un abrazo muy fuerte.