Ante el maravilloso cuadro “Las Lavanderas de La Varenne”. creación del español Martín Rico, se respira belleza y serenidad. Y es tal la armonía de sus colores, su lograda perspectiva, y la transparencia de las aguas remansadas del río, que uno puede llegar a olvidarse de las verdaderas protagonistas: las mujeres que se encuentran de espaldas y que realizan el penoso trabajo de lavar en el río. ¡De rodillas!
Las lavanderas recreadas en mi particular exposición de recuerdos están pintadas con los colores que dominaban en los tiempos de mi infancia: los de la pobreza.
Eran muchas las mujeres que, hiciera frío o calor, tenían que cargar con la ropa usada en barreños de zinc sobre la cabeza y con sus tablas de lavar bajo el brazo, desde sus casas hasta los lavaderos municipales, o hasta los arroyos o ríos -siempre y cuando sus aguas no bajaran tan negras como las de mi Villa natal.
Las ropas, confeccionadas con fibras naturales de algodón, lino, o lana, cuando se sumergían en el agua incrementaban enormemente las dificultades de su manipulación. Y ya de vuelta a casa, el barreño con la ropa recién lavada multiplicaba aún más su peso en aquéllos fatigados cuerpos femeninos.
El recuerdo de sus espaldas dobladas y quejosas, el de sus manos rojas y agrietadas de tanto soportar las bajísimas temperaturas de aquellas aguas, empañan toda belleza y bucolismo de este magnífico cuadro.
Las lavanderas de mi niñez es realidad para no olvidar.
Las Lavanderas de La Varenne es poesía para contemplar.
Isabel F.B. de Quirós
Hermoso cuadro y bello reconocimiento envuelto en recuerdos y nostalgias de las esforzadas lavanderas; yo también guardo ese recuerdo nítido, esa fotografía de las lavanderas arrodilladas
sobre la tabla de lavar, entre las junqueras, al borde del arroyo; !era muy pequeño!
Un abrazo, Isabel
… Y parece que fue ayer ¿Verdad Ramón?
Muchas gracias y un abrazo.
Una vida muy dura la de aquellas mujeres. Y un bonito recuerdo el que les dedicas, querida Isabel. Lo mas cotidiano puede ser arte y también dureza.
Besos de domingo que agoniza.
Tienes razón, María. El arte tiene multitud de expresiones, somos unos afortunados de poder disfrutar de ello.
Besos para ti también en este lunes que se despide con frío y agua.
Conmovedora publicación, amiga querida. El arte siempre debe perdurar en la memoria de la humanidad. La injusticia social no debe persistir más.
Abrazobesos grandes y una muy buena semana.
Agradezco tu comentario, Ernesto. El arte siempre ha conjugado denuncia y belleza.
Ábrazobesos transoceánicos y buena semana también para ti.
Me hiciste recordar mi infancia, a mi madre, a mis tías, el lavadero, la fuente, las praderas, el sol, el añil y hasta la ropa tendida al viento para que se secaran las sábanas ya blancas… No. Todo eso no se puede olvidar, Isabel. Y también la realidad de tu infancia es poesía, lo corrobora La Varenne. Un beso. Julie
Aunque han sido tiempos duros los que vivimos quienes vestimos años y canas, llegan a nuestro recuerdo como estampas bucólicas -me atrevo a decir que hasta entrañables-, porque eran los ojos de la infancia quienes lo veían, sin analizar, sin juzgar. Y es esa mirada inocente quien los convierte en poesía. Y los artistas.
Un fuerte abrazo, y muchas gracias Julie.
Y yo me pregunto que pasaba por las mentes de esas mujeres, de que tamaño era su aflicción, platicaban entre ellas seguro que si, unas a otras se animaban también es posible, dura labor.
Muchas gracias por compartir con nosotras tu opinión. Para nosotros hoy es pasado. Para otros muchos, hoy, es presente.
El botón es de ‘me gusta’ pero yo he pulsado un ‘me encanta’. Conviertes en poesía la dura realidad, los recuerdos de aquella vida pobre y dura de las mujeres, y el talante. Dolor de espalda, de rodillas, frío, manos agrietadas, y también reír, charlar y cantar. De modo que me haces sentir un triple emoción: la contemplación de la pintura, la evocación de tiempos tan duros y el placer estético de leer tu hermoso texto. Gracias, amiga.
Un beso fuerte.
Y yo te añado una cuarta emoción, poder leer cuanto escribes.
Sin más, mi enorme agradecimiento Enma, mi admiración y cariño.
Besos para ti también.
Hola Isabel,
¡qué olvidadas quedan ya con las actuales tecnológicas lavadoras! Tocas un botón y ya está. Antes, esa faenosa tarea diaria, era dura, muy dura. Gracias por acercarme este desconocido cuadro (al menos para mí) y por el tributo que haces a esas lavanderas de otras épocas.
Saludos
Gracias a ti, Francisco Javier, por unirte a estos recuerdos.
Martín Rico es un pintor extraordinario, tuve ocasión de descubrir su pintura en una exposición «itinerante» que se hizo en el Museo del Prado, y repetí la visita.
¡Hasta pronto!
Estos días que estoy rodeada de tantas bellas obras de pinturas, me hace valorar mejor esta que nos obsequios. Un trabajo duro sido muy apartado de lo bucólico del paisaje. Un gran abrazo querida amiga
Cristina, espero que sigas disfrutando de cuanto arte y amistad has acumulado en tu mente y corazón. Muchas gracias y un gran abrazo.
Isabel, gracias por compartir estos datos de tu infancia y esta magnifica pintura de tanto detalle y colorido, sobre aspectos sociales que gente de mi generación desconoce, y provocan mucha reflexión y me educan a la misma vez. Muchas gracias por narrar este momento del pasado en una manera tan poética y elocuente.
Y yo te agradezco María tus palabras y que compartas con nosotros un pasado que no has vivido y consideres sea para ti motivo de reflexión y «educación».
Un gran abrazo.
El cuadro es precioso, por supuesto que nos hace pensar las penurias de aquellas mujeres, especialmente en invierno con heladas. Describes esos años de tu infanciia con mucha delicadeza. Cuando me casé, no tenia lavadora, pero tenia el lavadero dentro de mi casa… ahora pienso que debemos dar infinitas gracias al inventor de la lavadora. Hace poco se «escarrachó» la mia, al dia siguiente ya tenia otra!!!! eso que vivo sola y no tengo que ponerla en marcha muchas veces, con una a la semana es sufuciente…
Saludos,
Totalmente de acuerdo contigo. Muchas gracias por compartir tus vivencias.
Un abrazo.
Qué delicada fotografía del pasado, ese que muchos no comprenden, cómo hace tan pocos años atrás la vida era tan dura y diferente. Y el cuadro, una maravilla, una armonía entre la acción, el color y el paisaje.
Como tú dices, yo también conocí a las lavanderas en colores diferentes.
Muchas gracias por tu comentario, Bensa. Parece que fue ayer…
Un abrazo.
Una reflexión muy necesaria. Aporto una con tu permiso: este autor, probablemente no intuía el sacrificio que conlleva lavar y transportar la ropa mojada, pero si las risas y el buen clima para hacer esa tarea lo más llevadera posible. Muchas Gracias Isabel 🙂
Para eso está este espacio, para expresar la opinión que suscitan los textos y las imágenes. Muchas gracias a ti por compartir tu reflexión con todos nosotros.
Saludos.
Preciosa entrada, Isabel. Ese recuerdo consigue volver a sentir los fríos de esas aguas y las cálidas risas de mujer… buen homenaje.
Un abrazo
Me alegro que te haya gustado esta entrada… el cuadro y Martín Rico se merecen todo elogio, y mi homenaje que es el vuestro.
Un abrazo también para ti.
Razón tienes Isa…………..(las manos agrietadas de nuestras abuelas……..)
¡Ay aquéllos lavaderos!
¡Ay aquéllas ropas tintadas de negro!
¡Ay que niñas éramos! Tan risueñas…
Un fuerte abrazo.
Las lavanderas de antaño no están tan lejanas. He escuchado a mi madre, como siendo ella niña, se iba al río a lavar la ropa con aquellas tablas de madera. Hermoso reconocimiento. Es bueno que no nos olvidemos de estas cosas. El cuadro precioso. Un beso Isabel
Es cierto Felicitas, no son fechas tan lejanas… Incluso tienen fechas del presente para muchos habitantes del planeta.
Muchas gracias por tus palabras hacia esta entrada, y por compartir lo que tu madre te contaba… siendo niña se iba al río ¡cuánta razón! Hoy nos parece impensable.
Un beso también para ti.
No sé que he hecho que se me fue lo escrito, Isabel.
Te decía que recuerdo los sabañones de las manos de mi madre, que todavía hoy, en muchos paises siguen siendo las mujeres las que se ocupan de estas labores tan duras.
Que recuerdo que en otra ocasión les hacías este homenaje a las lavanderas y que a mí me encantó porque descubrí al pintor Martín Rico.
Texto poético muy bueno, Isabel. Donde alma, hay corazón.
Un besu
Siento que saliera volando tu escrito, Popota… estos chismes electrónicos son fantásticos hasta que nos hace una jugada.
Muchas gracias por el doble esfuerzo realizado y por tus bonitas palabras.
¡Otru!
Me hiciste recordar lo que me explicaban mi abuela y mi madre sobre ir a lavar al río. Por qué será que el sufrimiento, sea de un color u otro, siempre anda rondando… Muy bonita entrada, Isabel. Besos.
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado la entrada. El sufrimiento se aferra a la vida de los seres vivos desde que esta lo es, y yo por más que reflexiono no encuentro explicación.
Un fuerte abrazo.
Que palabras más hermosas 🙂
Me dan ganas de abrazarte junto a ese precioso recuerdo.
Besicos y feliz semana Isabel 😉
Pues no te prives, venga ese abrazo. Y los besicos para el fin de semana. ¡Gracias!
Hermoso cuadro que nos traslada en el tiempo a otro lugar de esfuerzo sin fin……
Un Abrazo Isabel 🙂 .
Muchas gracias Joaquín, un fuerte abrazo.
Schöner Beitrag wünsche dir einen schönen Donnerstag und ein schönes Wochenende liebe Gruße von mir Gislinde
Danke dir auch eine gute neue Wochenende Gruß
No tan antiguo querida Isabel, cuando vas por los pueblos del interior te encuentras en mas de una ocasión «lavadero público, 1955″… O incluso posteriores…. Un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo, por eso doy fe de mis recuerdos infantiles. Muchas gracias y un brazo.
Primero al arroyo, luego se hizo un lavadero en la aldea y mas tarde llegó el agua corriente a las casas, en verano agua escasa y en invierno muy fría, rompías hielo y lavabas las vísceras de la matanza, etc.
Como recuerdo bien, para la memoria el arte de Martin Rico en esta pintura.
Abrazo Isabel
Para muchos han cambiado las cosas a muy bien. Para otros muchos, nada de lo que disponemos actualmente les ha llegado, por lo que viven en las mismas condiciones que antaño.
Muchas gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo.
…..Se les consideraba el sexo débil.!!. Nadie más fuerte que LA MUJER.– Me identifico con el final del precioso recordatorio en favor de esas imprescindibles MUJERES.- «realidad para no olvidar……»
¡Y qué lo digas! Lo del sexo débil es artimaña de demasiados hombres.
Muchas gracias por tus palabras, Gelinos.
Y un fuerte abrazo.
Sin Duda Una Pintura Para Mostrar El Trabajo Diario De Un Grupo De Mujeres Que Compartian Duras Tareas… Afortunadamente Algo Mucho Más Llevadero Hoy En Día… Pero Al Pensar Sobre Ello… Donde Quedan Esas Conversaciones Al Borde Del Rio, Esos Cotilleos, Las Canciones Que Acompañaban A Esos Momentos… Algunos Adelantos Han Fomentado La Perdida De Momentos Importantes En Las Relaciones.
En Cuanto A la Adivinanza de mi Blog, La Proxima Vez Que Laves Una Fuente De Cristal Con Jabón…. Fijate En EL La Espuna Que Se Deposita En EL Borde… Un Saludo Amiga….
Tienes razón en cuanto al «buen rollo» de las mujeres mientras lavaban pero yo prefiero que las lavadoras hagan el trabajo y que las tertulias tengan lugar en casa o en lugares de esparcimiento. Quizá, José Ramón, la sociedad hoy sea hoy día mucho más individualista.
Me dejas asombrada al desvelarme el secreto de tu fotografía azul ¡qué visión has tenido para hacerla! ¡Qué arte!
Muchísimas gracias por todo.
Un abrazo y mis saludos a la tierrina.