Cuando nuestros padres nos dejan, su vacío comienza a llenarse de haberes que no cotizan en bolsa, porque son bienes que trasvierten principios éticos, educativos y, sobretodo, de amor imperecedero.
Con su pérdida, el pasado comienza a perder altura y lo sentimos sobrevolando sobre nuestras vidas según el tiempo avanza. Es entonces cuando experimentamos la necesidad de indagar en los recuerdos como ávidos transeúntes que intentan alcanzar la meta tardía de su conocimiento.
Y llenar la ausencia de tantas palabras no dichas.
Y de comprender los porqués de la distancia concedida a las emociones.
Y de percibir lo mucho que nos quedó por agradecer y reconocer.
Cuando ya en la vida nos alcanza la quietud del crepúsculo,
el dolor de la carencia reaparece en el horizonte,
como luna entre las nubes.
A mis padres
Isabel F. Bernaldo de Quirós
Qué hermosa evocación a tus padres! Que nos sirve a todos los que ya los hemos perdido… Me identifico con tus palabras Isabel. Hermosa entrada y bellísimas fotos. Sin ese recuerdos de nuestros seres queridos nuestras vidas estarían vacías de lo más esencial. Gracias, amiga.
Sé de tu hermanamiento con mi sentir, querida Julie. Te doy las gracias de corazón por ello. Un abrazo muy fuerte.
Nos dejan un doloroso vacío.
Ya no somos los mismos.
Se llevaron un trozo de nosotros.
Besos.
Agradezco tu visita, Carmen, y los hermosos y sentidos versos que nos regalas.
Besos también para ti.
Precisamente ayer hablaba de ello con una amiga. Es verdad que, a medida que pasa el tiempo, los recordamos con más intensidad y frecuencia, quizá sea porque a medida que nuestra edad avanza los comprendemos mejor; pero, en fin, ya lo dices, y muy bien. Sólo me queda darte las gracias por poner en palabras sentimientos que anidan en lo más profundo.
Que tengas un buen día. Un abrazo fuerte, Isabel.
Podría decirte que ya somos ellos.
Quizá sea esta la razón que explique lo que sentimos.
Muchas gracias por tu comentario, Alfonso, sabes cuanto lo aprecio.
Un fuerte abrazo también para ti.
Ase tan real y emotivo. Como buscas en cada rincón de la casa, el mínimo detalle en fotografías…cuando ya nadie puede contarte nada. Y te das cuenta entonces de que todo su legado está en tí misma. Todo lo que eres. Y ya no puedes decir gracias. Bueno, me emociono …no puedo seguir mi querida Isabel. Gracias Isabel por tu entrada. Un fuerte abrazo.
Tenemos la suerte de poder sonreír la ausencia de nuestros padres desde el dolor, sí, y pero nunca desde el vacío. Emocionarse con ello es hasta bonito.
Muchas gracias por compartir tus sentimientos, amiga.
Un gran abrazo.
Buen y cariñoso recuerdo a aquellos a quien debemos la vida y algo más después. Me quedo con el último párrafo…como crepúsculo que sobreviene. Mucho sentimiento en tus palabras Isabel. Feliz tarde.
El mismo sentimiento que acompaña tu comentario, el cual te agradezco enormemente.
Felices días y un abrazo.
Cuando era niño, aprendí que cuando los padres se van, tienes que dejarlos ir y no tratar de indagar en recuerdos, pues la mente tiende a reconstruir la realidad acorde a nuestras necesidades. No hay que martirizarse con lo que pudiste decirles o con lo que ellos debieron decirte a ti. Sólo queda aprender a convivir con su ausencia, intentar seguir sus aciertos y no repetir sus errores.
Un abrazo.
Tienes toda la razón, no hay que martirizarse nunca… a ser posible por nada, pero sí amar en el recuerdo a quienes tanto nos han amado. Muchas gracias tu visita y por dejarnos tu comentario.
Un abrazo.
¡¡Qué bello, querida amiga!!
Besos y sonrisas
Bella y grande tú, querida Carlota; gracias por tu presencia y por regarme besos y sonrisas.
Envuelto en cariño, mi regalo también para ti.
Cuando comencé a escribir, mis primeros textos siempre hablaban de mi padre. Hoy, cuando ya han pasado varias décadas desde que comencé con esa costumbre, mi tema central continúa siendo, de un modo u otro, mi padre. Creo que la su ausencia temprana hizo que me debiera plantearme ciertos asuntos mucho antes de lo que hubiese sido «naturalmente» correcto, pero la vida no te pregunta si estás preparado o no y uno debe manejar esos temas como van llegando.
Hoy, que mi madre se va apagando poco a poco presa de esa cruel enfermedad que es el Alzheimer, la historia, los hechos, ese apagarse poco a poco opuesto a la ausencia súbita de su contraparte, hace que vuelva a plantearme ciertas cosas, que deba aprender a ver a la vida y a la muerte bajo una nueva luz.
Nunca nos habituaremos a esas ausencias, eso es seguro ¿Cómo hacer, entonces, para no repetir la historia?
Un fuerte abrazo y gracias por este texto tan íntimo y, al mismo tiempo, tan compartido.
Ante todo, mi enorme agradecimiento por abrir tu corazón, pues a mi «texto tan íntimo» has respondido con otro que puedo entrecomillar con las tres mismas palabras.
Al dolor de una ausencia parental prematura le suele acompañar el desconcierto, la impotencia y el sentimiento de injusticia, y por qué no, la rabia. ¿Qué es lo «naturalmente» correcto, me pregunto? ¿Es que hay normas establecidas para superar tal pérdida?
Respecto a tu madre… qué decirte, es la ausencia en vida, es él dolor de lo inmenso.
Sólo puedo decirte que no se repetirá la historia, que vivirás otra, que ya la estás viviendo.
Y que te mando un gran abrazo para ella cuando le des tu abrazo.
Tengo el corazón arrugado.
Qué felices se los ve en la foto, Isabel. En cuanto a su partida, comparto plenamente tus hermosas palabras: aunque hasta ahora sólo se fue mi papá y es un dolor sin fondo, también siento una presencia protectora omnipresente en mi vida.
Un abrazo enorme desde Argentina.
Bueno, sentí pudor y ya ves que he modificado la foto en la que ambos están guapísimos y sonriendo a la vida.
Muchas gracias por tu comentario, bellaespíritu. Sé bien de la ausencia de tu papá y lo que ello ha supuesto para ti, pero también sé delsentimiento de su presencia, gratificante y protector.
Vuela hacia Argentina mis mejores deseos y un fuerte abrazo. Espero que lo recibas de inmediato.
Y es que es una ausencia que jamás se sustituye ni llena, y que a veces se evidencia, llenándonos de nostalgia y melancolía, y que a veces se acalla tantito, para que podamos seguir adelante, hasta que nos toque seguir el camino de ellos.
Hermosa reflexión, Isabel querida. Gracias. Un grande y siempre afectuoso abrazobeso, amiga.
Amigo Ernesto, tú mejor que nadie sabes de ausencias, dolor, nostalgia y melancolía, y los motivos que nos llevan escribir a reflexiones como esta. Muchas gracias por tu entrañable comentario. Recibe todo mi afecto y ese tan particular abrazobeso que cruza el océano.
Me siento muy cercano a tus palabras, escribes sobre un sentimiento que se repite en quienes hemos perdido a nuestros padres. Y nos vemos en nuestros hijos, repitiendo la rueda de la vida.
Un bello escrito Isabel.
Un abrazo, amiga.
Así es, Charly, cada vez nos sentimos más esos padres que ya se han ido pero que inevitablemente perviven en nosotros. Mi agradecimiento sincero por tus palabras, poeta de la imagen.
Un abrazo también para ti, amigo.
Bellas palabras para describir este sentimiento que nos dejan. Como recuerdo a los míos y con el tiempo me he puesto en paz con ellos, ya no recriminó ni tengo en cuenta cosas, si no, que comprendo que ellos actuaron lo mejor que supieron, se que me quisieron y se que siguen en mi.
Hago mías tus palabras, pues describes muy bien mis sentimientos.
Un gran abrazo Isabel
Yo creo que el sentimiento que nos haces llegar es común denominador de cuantos amamos a nuestros padres por encima de cualquier otra cosa. El tiempo se encarga de hacernos comprender, agradecer y también, si es necesario, perdonar.
Muchas gracias, querida Cristina, Para ti mi abrazo primaveral.
Un texto muy bonito rematado con esos tres últimos renglones, un precioso poema.
Muy bien expresados esos sentimientos que no afloran hasta que uno siente que ha dado un paso mas en este ciclo de la vida.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado el texto y te doy las gracias por dejarme tu amable comentario.
Un abrazo.
La pérdida de nuestros padres deja un vacío difícil de definir, es ver el mundo distinto, como si tuvieras que comenzar de nuevo y aprender a caminar sin el pilar principal que nos ha sido arrebatado.
Gracias Isabel por recordar a nuestras raíces, y que todos los que te seguimos compartimos y añoramos. Un fuerte abrazo.
Siempre es un placer compartir este espacio de opinión contigo, querida Consue. Gracias por ello y por transmitir tus sentimientos. Mi abrazo fuerte también para ti.
Conmovedor Isa….un abrazo desde la tierrina.
Recibo el abrazo y envío otro para ti hacia esa tierrina nuestra. Siempre me alegran tus palabras; mil gracias, Carmen.
No hay mucho que añadir a lo dicho. Cuando has tenido la suerte de tener unos padres fantásticos, cualquier palabra se queda corta y cualquier añoranza es pequeña.
Un abrazo, Isabel.
Así es, amiga. Agradezco mucho tu comentario.
Un abrazo también para ti.
El otro día leí el texto y me dejaste sin palabras, Isabel. Hoy, tras releerlo, sigo igual. Se supone que es algo natural, que los padres se vayan antes que los hijos, y que nos preparamos durante gran parte de nuestras vidas para ello. No obstante, en el momento en que ocurre, tiene que ser muy duro.
En cualquier caso, siempre nos quedarán sus recuerdos.
Un abrazo y feliz semana.
Pues te agradezco muchísimo esa nueva lectura y tu comentario Javi.
Mi abrazo fuerte y el deseo de que tengas una estupenda semana.
Solo los que hemos pasado por este trance, sabemos lo que significa su partida. Me emociona leerte y me hago parte de tu escrito. Muy bueno.
Muchas gracias por tu visita y dejar tan amable comentario.
Saludos.
Es bien cierto lo que expresa tu texto poético, Isabel. Cuando los padres mueren comprendes y sientes de forma real y palpable el vacío de la creación. Dolorasamente te dices: Si mis padres que han sido mis creadores han muerto, el siguiente en morir seré yo. Es entoces cuando comprendes lo fácil que es abrir esa ventana de la vida que nos aboca al vacío de la creación.
Los recuerdos y las palabras no dichas se expresan en nuestro interior entonces.
Sabes que mi madre aún vive, pero ese vacío y ese dolor descorazonador, lo conozco muy bien a través de la muerte de mi padre y de otros seres muy queridos a los que estaba my unida.
Bonitas palabras las tuyas, recogen muy bien ese estado de carencia y vacío…»ávidos transeúntes..quietud de crepúsculo, dolor en el horizonte…
Muy majos tus padres y la fotografía.
Besos
Mi querida amiga, nos sólo nos regalas palabras bonitas, entrañables, amorosas, sino que expresas sentimientos mucho más profundos que te agradezco de corazón.
Tu madre, esa candela encendida durante tan larga vida, te sigue alumbrando con su tenue luz pero suficiente para diferenciar lo auténtico de su existencia. De la tuya propia.
Besos también para ti, y si vas a la tierrina, también para tu madre.
Me dí cuenta de que eran tus padres…- De acuerdo en todo. No tengo más que añadir. Sabes expresar maravillosamente lo que todos sentimos. Muchas gracias por saber comunicarlo y por compartirlo. Un fuerte abrazo
Muchas gracias a ti, Gelinos, por leer y comentar mis textos.
Un fuerte abrazo y feliz domingo.
Fundamentalmente queda como una impronta genética en permanente compañía el hueco básico de los «principios éticos, educativos y, sobretodo, de amor imperecedero». de quienes nos han precedido en la vida. Nos acarician y besan a diario, pues es mi deseo respecto a mi prole. No son tanto las palabras que pronunciamos en la comunicación sino el deseo que las acompaña. Gracias Isa.
Agradezco mucho tu comentario, Luis.
Un fuerte abrazo.