Al ser humano le gusta dividir hasta las cuentas de sumar.
Necesita dividir para clasificar, determinar, incluir y ordenar. Precisa dividir para repartir lo bueno que tiene y poner a disposición de los demás su sabiduría, su amor, su experiencia. Sus bienes. Y cuando lo hace, no solo realiza una sencilla operación matemática, sino también una importante acción enaltecedora e integradora.
Pero cuando la necesidad de dividir se convierte en una escabrosa manipulación de las diferencias, se cae en el segregacionismo. De esta manera, las implicaciones estructurales de la división ejercida entre clanes, razas, culturas, religiones, política, entre altos y bajos, guapos y feos, gordos y flacos, inteligentes o no, listos o poco espabilados, vencedores o vencidos, conducen a indeseables resultados de intolerancias, vejaciones, y enfrentamientos. A la aniquilación de la personalidad, de la autoestima, y cuando no, de la vida.
Desgraciadamente el dicho de “divide y vencerás” es una máxima que se utiliza hasta en el recreo de los niños.
Isabel Fernández Bernaldo de Quirós
Una buena reflexión, Isabel, si ese trocear fuera para repartir, el mundo tendría una mejor distribución de la riqueza, y como decía Azorín, «si trabajáramos todos no se trabajaría» pero
ya vez lo que pasa. Cada parte va a lo suyo y la ambición afecta a la organización humana…
Un buen trabajo. Mi abrazo y cariño.
Totalmente de acuerdo contigo, Julie. Muchas gracias por tu comentario.
Un gran abrazo.
Me uno a estas reflexiones, la tuya Isabel y a la respuesta de Julie. El mundo está lleno de dividendos y divisores, y estas divisiones además no son a partes iguales. Un abrazo querida amiga.
Así es, Isabel. Muy agradecida por tus palabras.
Abrazos también para ti, amiga.
Excelente pensamiento. Y como todo en este mundo está plagado de extremos, este es uno más. Si se viviera para ayudar, para compartir, para dar felicidad…sería fantástico, pero estoy contigo, la división que hoy en día se hace no da el mejor de los resultados. Buena semana.
Agradezco mucho tu generoso comentario, Mar.
Feliz día y un abrazo.
El que divide utiliza una vieja y eficaz estrategia de poder; no obedece, como bien dices, a uno de los métodos utilizados para explicar y comprender el mundo. Y, efectivamente, la peor división es la discriminatoria en el sentido de «manipular las diferencias». Desde que se acabó -no en todo el mundo- con la división estamental, no faltan ideólogos, políticos y sofistas que hacen de la división su razón de ser, y en eso estamos. De modo que los brexistas, supremacistas, racistas, populistas, y toda una panopla de ‘-istas’, por un exceso de sentimentalidad y una enorme falta de cordura, campan a sus anchas.
Excelente artículo. Un fuerte abrazo, amiga.
‘panoplia’, no ‘panopla’ je,je…
Cuánta razón llevas, Alfonso. Agradezco muchísimo tu excelente comentario.
Buen domingo y un fuerte abrazo.
Lo di por hecho, je je… Gracias.
Coincido contigo. Antes que dividir prefiero sumar, ya sabes que cuando haces una clasificación ya establecemos diferencias.
Un abrazo.
Así es, amigo. Pero ya ves como está el mundo…
Muchas gracias por tu comentario. Abrazos también para ti.
Muy verdad Isabel, y las imágenes son excelentes.
Muchas gracias por tus palabras, María.
Abrazos.
muy bueno
Muchas gracias.
Saludos.